miércoles, 29 de octubre de 2008

Los Imos del Vanguargismo

Futurismo:
Surge en Milán, Italia por parte de Filipo Tommaso Marinetti. Este movimiento rompía con la sintaxis, el ritmo y los signos convencionales de la puntuación. Consideraba como elementos principales de la poesía, el valor, la audacia y la revolución, ya que se pregonaba el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada. Tenía como postulados: la exaltación de lo sensual, lo nacional y guerrero, la adoración de la maquínale retrato de la realidad en movimiento, lo objetivo de lo literario y la disposición especial de lo escrito, con el fin de darle una expresión plástica.

Dadaísmo:
Apareció en Zurich, Suiza entre 1916 y 1922 con Tristán Izarra como su fundador. Fue una oposición al pasado violento de la guerra mundial. El poema dadaísta suele ser una sucesión de palabras y sonidos, lo que hace difícil encontrarle lógica. Se distingue por: la inclinación hacia lo dudoso, terrorismo, muerte y nihilismo, lo fantasioso, busca renovar la expresión mediante el empleo de materiales inusuales o manejando planos de pensamientos antes no mezclables y tiene una tónica general de rebeldía o destrucción.

Ultraísmo:
Apareció en España entre 1919 y 1922 en reacción al modernismo. Fue uno de los movimientos que más se proyecto en Hispanoamérica contribuyendo al uso del verso libre, la prescripción de la anécdota y el desarrollo de la metáfora, que se convierte en el principal centro expresivo. Influenciado por poetas como Vicente Huidobro y Guillaume Apollinari.

Creacionismo:
Surgió en 1917 y fue patrocinado por el poeta chileno Vicente Huidobro, quien concibe al poeta como un pequeño Dios para crear con la palabra. Según él, el poeta no deber de ser un hombre.

Surrealismo:
Surgió en Francia con André Bretón, quien siguiendo a Freud se interesó por descubrir los mecanismos del inconsciente y sobrepasar lo real por medio de lo imaginario y lo irracional. Se caracteriza por: pretender crear un hombre nuevo, recurrir a la crueldad y el humor negro con el fin de destruir todo matiz sentimentaloide y a pesar de ser constructivo, los aspectos de la conducta moral humana y las manifestaciones no son de su interés.

sábado, 25 de octubre de 2008

El gran Gramatizador Automático

Habla de un joven que al principio era apasionado por lo que mas le gustaba que era la creación de obras. John Bohlen era el dueño de una empresa de ingeniería eléctrica y Adolph Knipe (el joven del que hablé al principio) era su empleado estrella, ya que gracias a él había sido un éxito la fabricación de la primera calculadora automática.
Pero Knipe no estaba satisfecho con su trabajo, él por su parte creaba y creaba con gran pasión relatos, ya que su verdadera vocación era ser escritor, al ver Bohlen esto le dio un descanso a su "estrella", Knipe accedió y se tomó un descanso, pero al llegar a su casa sintió que era una tontería esa calculadora pero en ese momento se la ocurrió una gran idea, la cual basada claramente en su último invento era el de crear una máquina que en lugar de realizar operaciones matemáticas realizaría cuentos, relatos, o cualquier tipo de género literario, en ese mismo instante se puso manos a la obra, tras semanas de trabajo ininterrumpido llegó a tener en sus manos una nueva y gran creación, una máquina escritora de obras. Inmediatamente fue a la oficina de su jefe a proponerle su gran creación, al principio Bohlen lo rechazaba ya que no le parecía un invento comercial, pero al cabo de una semana cambió de opinión. Tardó seis largos meses para que se haga realidad la invención de esta máquina, al primer intento no resultó como lo esperado ya que en las hojas había lo siguiente: ["Aifkjrnbsaoweztpplnvoqkigt, fuhpekannbrtyiuolkjhfods,..."], al ver esto Bohlen se enfadó pero Knipe le pidió paciencia, después de unos días volvieron a intentar, esta vez salieron las palabras juntas, pero a la tercera salió a la perfección. Bohlen le asignó en el centro una oficina de agencia literaria, ésta fue poco a poco creciendo y haciéndose conocida, al ver que era un éxito se le subió a la cabeza y cayó en la locura, lo que al principio fue por arte y pasión ya había muerto, acaparó el setenta por ciento del mercado literario aplastando a los que no querían firmar un contrato de por vida con él.
La obra me gustó ya que nos enseña a seguir nuestros sueños pero también a tomar en cuenta que al lograrlos no se nos suba a la cabeza y seamos obsecibos. Por otro lado la obra presenta algunas fallas ortográficas como "Tórnese unas vacaciones", o cambia el nombre de Bohlen por "Rohlen".

miércoles, 22 de octubre de 2008